Fue espectacular, tal como se lo merece un ídolo como él. Un ídolo de verdad, bajo perfil, sin importarle andar "cayendo bien" con todos (como lo recalcaron en su presentación), que lo ganó todo en cada uno de los equipos en que jugo.
La noche había partido perfecta. Cuando había perdido toda esperanza de obtener una invitación de cortesía (la verdad es que la crisis me ha golpeado, hay que decirlo) recibí el llamado millonario de un cliente que me ofrecía dos entradas a tribuna bajo marquesina (mish) por la pura buena onda. Ni weon acepte de inmediato. La verdad es que ya me había hecho la idea de verlo por TV, pero el ver a toda la gente con sus camisetas de la "U" y los autos con banderas en la calle me convencieron de que "tenia que estar ahí".
Así es que llamé a mi primo Toñazo para que me acompañara. Como son entradas numeradas llegamos justo a la hora, claro, no contaba con la astucia de los pacos y su manía de cerrar calles sin informar debidamente antes, así que tuvimos que dejar al "intrépido volador" por Guillermo Mann y caminar por Marathon un buen pedazo. Tampoco contaba con mi astucia de dejar la entrada en el auto y tener que devolverme cuando ya habíamos llegado a la puerta del estadio... pero en fin, nada pudo opacar una noche mágica, con un nacional repleto de azules de corazón despidiendo como se lo merece a este gran ídolo... AD11OS MARCELO!!
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